lunes, 19 de mayo de 2008

Un domingo diferente


Ayer fue un domingo diferente. Junto a mis hijos nos dirigimos a la Avenida Luis Roche, Altamira, para disfrutar de la primera Carrucha's race de Red Bull. Nos divertimos muchísimo. Reímos hasta las lágrimas. De verdad que me siento orgullosa de los jóvenes de mi país.
En las carruchas mucha originalidad, una en forma de arepa, preferida de mi hijo de 5 años, otras: los zanahoria; un chuto Mack cuyo grupo se llamaba Mackcario; participó un carrucha con dos carritos de supermercado, llevaba detrás una vaca con un monociclo, y la vaca pedaleaba, era demasiado cómica, y al llegar a la meta no frenaron, fue demasiado chistoso ver como seguían sin parar; la carrucha de meteoro nos hizo reir muchísimo porque se fue contra el público y chocó contra un policía quien voló por los aires, no parabamos de reir; la del troncomovil de los picapiedras, no rodó ni 10 segundos chocó lo cual fue muy gracioso; en fin, son tantas anécdotas, y 44 carruchas las que participaron, el coyote en un cohete marca ACME; un ataud; un camión frutero; un camioncito militar que saltaba y saltaba, y después de chocar, quedó destrozadito y saltaba en cámara lenta; un tanque militar; un morrocoy; una botella; el carro de los autos locos de Pierre nodoyuna; el de Penélope; una hamburguesa piloteada por dos mujeres; etc.
Además de la inventiva en el diseño de las carruchas, la alegría de los equipos competidores, y la originalidad, al vestir, los muchachos con la carrucha en forma de "cuatro" (equipo "camburpintón") estaban vestidos con faldas llaneras, blusas, pañuelo en la cabeza y maquillados. Los "bebe dores", la carrucha en forma de tetero, (ganadores del primer lugar, viaje a la fórmula 1 con todos los gastos cancelados) vestidos con pañales, babero, chupón, son los de la foto. Una ambulancia vestidos de enfermeros(as). Fue realmente un derroche de alegría y originalidad.
Muy divertido, veíamos en la pantalla, como al despegar los equipos hacían coreografías; algunos no llegaron porque chocaban y se les doblaban las ruedas, esto también causaba muchísima risa, en toda la multitud; y muchas de las llegadas eran realmente aparatosas, algunos daban vueltas, otros llegaron volteados; en fin, demasiado fino, como dicen los chamos.